Al comenzar el curso 2018-2019 unos cuantos profesores del centro, asesorados por nuestro CPR, iniciamos un grupo de trabajo para aprender a movernos en el mundo de los proyectos europeos: KA1, KA2, eTwinning, etc.
Después de unas cuantas reuniones, de correos internos, de avisos en los claustros, en la CCP e incluso de conversaciones en cafetería, logramos avanzar pasito a pasito. Llegarían las reuniones formales e informales, el grupo de WhatsApp y más de un mensaje a horas intempestivas, todo para redactar y enviar nuestro proyectito en tiempo y forma a la convocatoria de 2019.
A partir de ahí, empieza el momento de mesarse los cabellos, comerse las uñas y esperas sin fin. ¿Serán los evaluadores del SEPIE sabios y justos, tendrán capacidad para reconocer nuestro magnífico, fantástico y extraordinario proyecto? La duda estaba ahí.
Hasta que llegó la noticia: nuestro proyecto estaba aprobado. Y resulta que ahora empieza lo difícil. Seguimos con las reuniones y sí, ahora hay que confirmar cursos, vuelos y alojamientos. Y tenemos que informar a los compañeros y crear un blog (este) y trabajar con las redes sociales. En fin, nada nuevo para quien lleva años de proyecto europeo en proyecto europeo, pero todo un mundo para nosotros.