Frío de nuevo al salir de casa, y muy temprano, nos dirigimos al Konservatorio de Kokkola. Como veis, pese al frío que hace siempre, sospechamos que en verano también, allí el medio de transporte favorito es la bicicleta.
Estábamos entusiasmados con conocer a los artistas herederos de Sibelius,…y la verdad es que la visita no nos defraudó. Nos recibió el director del Conservatorio, profesor de trompeta, y nos enseñó las instalaciones del centro así como el sistema de estudios musicales en Finlandia.
Como no, a media mañana nos ofreció el inevitable pulla, pan finlandés que creemos se consume mañana tarde y noche. Por nuestra parte no quisimos dejar pasar la oportunidad de ejercer de embajadores de nuestra tierra y, viniendo de Jaraíz, el pimentón de la Vera no podía faltar.
Las instalaciones incluyen varios auditorios con una tecnología digna de una sala de conciertos: reflectores acústicos, paneles suspendidos que tienen un ángulo estratégico para reflejar las ondas en la parte posterior, teclados musicales asociados a un Mac, y un largo etcétera que demuestran el elevado nivel de formación al que tienen acceso estos alumnos.
Y por último la clase de conjunto, orquesta y cámara…Como la visita se nos hizo corta, por la tarde asistimos a una audición de los alumnos en la iglesia de Kokkola, ¡jornada musical completa!
