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ROUEN: En busca del tiempo perdido

                    Il est un âge dans la vie,
Où chaque rêve doit finir,
Un âge où l'âme recueillie
A besoin de se souvenir.
Lorsque ma muse refroidie
Vers le passé fera retour,
J'irai revoir ma Normandie,


Llega un tiempo en la vida,
en que cada sueño debe acabar,
un tiempo en que el alma tranquila
necesita recordar.
Cuando mi musa enfriada
hacia el pasado vuelva,
regresaré otra vez a mi Normandía,

Nunca pensé que esta estrofa de la canción “Ma Normandie”, himno oficioso de esta región francesa, fuera a tocarme tanto la fibra sensible. Y es que treinta años después volví a encontrarme “en el cuadro del programa Erasmus” en la estación de Saint Lazare de París cogiendo un tren hacia Normandía. En ese momento, en el trasiego del andén, tarareé como nunca el tango “Volver” mientras por mi cabeza pasaban tantos y tantos recuerdos. Esa estación y la del Norte cambiaron para siempre mi vida, “en el cuadro del programa Erasmus”. Por eso fue tan extraño volver, ahora como Erasmus+, a esa estación en la que ya hay hasta carteles en español. ¡Era algo impensable hace 30 años cuando, con Nieves y Guillermo, llegué como pionero Erasmus desde Salamanca!

Todo cambia, y en mi cabeza sé que, una vez pasada Mantes-la-Jolie, mi tren girará un poco hacia el norte y que esta vez mi destino no será Caen sino Rouen. Pero no me importa, porque estoy seguro de que allí que me esperan, como hace treinta años, gente nueva, aventuras nuevas, conocimientos nuevos y también, quizás perdidos entre la “grisaille” la flecha de la catedral y el recuerdo de Isabelle la Blonde, motivos todos ellos más que suficientes para avanzar con una sonrisa boba en busca de un tiempo a la vez perdido y por descubrir.

Admin2

2 comentarios

  1. Qui aurait cru en effet que ce débarquement d’espagnols allait laisser des traces à la gare Saint-Lazare où je passe encore quelquefois.
    Pour moi, ce débarquement fut une tempête qui m’a poussée dans le sens contraire: l’année suivante, après avoir rencontré le trio flamboyant, Francisco, Guillermo et Nieves, et mes indispensables Tonia et Francesca, je suis partie à mon tour en ERASMUS, en Italie. J’ai prolongé l’aventure pendant 4 ans, à Parme puis en Sicile et je ne jamais revenue vers ma Normandie. J’y reviens pour quelques jours chaque année et j’aime encore plus qu’avant la flèche de notre cathédrale, les bords de Seine, etc. J’aime toujours Caen mais sans vous, mes flamboyants, elle me semble orpheline. De temps en temps, je sens le souffle d’Erasmus sur moi. Dans quelques années à nouveau ? Ya no tengo pelo tan rubio però me gusta este apellido.
    Isabelle la Blonde

  2. Chère Isabelle, je crois que ce qui compte c’est ce souffle Erasmus que nous tous, nous sentons de temps en temps et qui maintenant, grâce aux nouvelles technologies, est plus présent que jamais. C’est l’esprit Erasmus que moi et mes collègues nous voudrions transmettre à nos élèves avec ces activités «dans le cadre du programme Erasmus (+)». Et toi, tu seras pour toujours notre «Isabelle la Blonde».

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